Cada día nos apuramos por el comer, beber, vestir, y las demás cosas que hoy son necesidades modernas, como el internet, etc... Jesús nos dice que no debemos afanarnos por nada, que cada día trae su afan. Presentemos a Dios nuestro día y dejemos el estrés de lado para solo ocuparnos de las prioridades sin preocupaciones que nos distraigan del verdadero propósito de vida.
Carolina Almonte
Directora General
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