"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren"
Juan 4:23
En estos tiempos, más que en cualquier otra época, la mujer ha ganado un sitial de reconocimiento y valoración en la sociedad, donde a menudo escuchamos en diferentes medios reconocer el gran papel que jugamos como mujer, no solamente en el hogar, sino también en el ámbito académico, laboral y hasta político. Esto representa un gran reto, ya que nos obliga a dar lo mejor de nosotras y jugar estos roles de manera efectiva, siendo mujeres capaces de criar hijos saludables que sean agentes de bien en esta sociedad corrompida, mujeres con la capacidad de hacer avanzar cualquier empresa, mujeres que seamos verdadera ayuda idónea a nuestros esposos, etc.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando somos llamadas a ser mujeres del reino. Mujeres revestidas de las armaduras de Dios para mantenernos firmes contra las asechanzas del diablo. Reconociendo que no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo que se levantan en contra de nuestros matrimonios, en contra de nuestros hijos y nuestros ministerios. Una de las armas poderosas que nos ha dado Dios es la ALABANZA. En la Biblia tenemos ejemplos de mujeres que aprendieron a usar estas armas y fueron mujeres victoriosas, una de ellas es Débora. El nombre Débora significa “abeja”, representando su laboriosidad y sagacidad con el pueblo y la nación. Esta mujer que vemos en Jueces 4 y 5, sobre todo era una adoradora. Ella había experimentado lo que era atraer el reino de Dios a través de la adoración. Ella exaltó y glorificó a Dios aun antes de ver la victoria.
Si tú eres una verdadera adoradora sencillamente, al momento de tener una prueba tú vas a alabar a Dios y darle gracias porque sabes que EL está en control, en vez que quejarte y cuestionar el porque. Así mismo cuando veas la victoria vendrás delante de aquel que te la entregó y le vas a dar la gloria. Eso fue lo que hizo Débora y lo vemos en el capítulo 5 del libro de Jueces. Ella y Barack se levantaron en un cántico para proclamar la grandeza de Dios. Hoy el Señor está despertando la adoración en las naciones, y como nunca, estamos viendo un mover maravilloso en donde Dios está restaurando la adoración y la alabanza.
una bendicion estar aquí, bendiciones
ResponderEliminarmi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com